Coronavirus en el Perú: Se salió de las manos


Se salió de las manos

La llegada del Coronavirus al Perú supuso todo un reto para el gobierno peruano y para el sistema de salud. Ochenta y nueve días han pasado desde que se decretó la cuarentena nacional y ya tuvimos dos ministros de Salud.

Luego de que se diera a conocer el pasado 6 de marzo, el primer caso de coronavirus en el Perú, el gobierno tomó algunas medidas: a modo de prevención se les decía a pasajeros procedentes de los países con casos de Covid-19 registrados, que guardaran aislamiento voluntario en sus hoteles o casas. Definitivamente, esto no funcionó y el 15 de marzo fue decretado el estado de emergencia y el aislamiento social obligatoria (toque de queda) por 15 días en todo el país.

Esta primera medida fue acompañada de programas de concientización del lavado de manos. En medidas, en primera instancia, aún no se hablaba del uso obligatorio de mascarillas y recomendaban que sean usadas solo por personal médico o personas con sintomatología del covid-19.

El confinamiento empezó y se cortaron los viajes en el exterior e interior del país. Quedando permitidos los trabajos que se consideraron necesarios para subsistir en está cuarentena: hospitales, supermercados, bancos, farmacias, atención a niños y adultos mayores, medios de comunicación.
Para justificar el tránsito en las calles se tramitaba un pase laboral de forma on line, el que en un principio se renovaba a diario. Cualquier fuerza del orden podía pedirlo y la presencia policial y militar era imponente los primeros días.

Las aglomeraciones se fueron dando en los mercados y el gobierno decretó días específicos de salida solo de hombres y otro para las mujeres.

La mayoría de personas respetó el confinamiento, el mismo que se fue ampliando cada 15 días, pero dos semanas después el hambre pudo más y los comerciantes informales fueron los primeros en salir a las calles.

Para tratar de contener esta situación el Gobierno otorgó un bono para las familias en pobreza y pobreza extrema (s/.380 que luego se amplió a s/.760). A este bono se le sumó, posteriormente, el bono rural, bono independiente, liberación del fondo de pensiones y transferencia de dinero a las municipalidades para la compra de canastas con alimento para las familias vulnerables del país.
En esta etapa el uso de mascarillas fue por Decreto Supremo obligatorio al igual que el distanciamiento social de por lo menos un metro de distancia bajo sanción de multa.


La Victoria

¿Funcionaron estás medidas tomadas por el Ejecutivo en el Perú?

Hay, definitivamente, muchos detalles que anotar, mucho que analizar y desmenuzar en lo que va de la cuarentena a causa del nuevo Coronavirus en el Perú, pero haré un breve resumen.
La cuarentena e inmovilización social, como lo llaman en Perú, trajo una serie de problemas para personas que quedaron varadas en las diferentes provincias y países del mundo. Personas que desesperadamente querían retornar a su lugar de origen ya sea por temas puntuales se encontraban en la capital o porque desean regresar a sus pueblos en donde la comida estaba asegurada, ya que en la capital nada les quedaba. Grandes caravanas se abrían camino a pie por las calles y autopistas limeñas con el fin de llegar caminando a sus provincias.

Este hecho fue perjudicial, no se previó a tiempo y los llamados “caminantes” fueron, sin saberlo algunos, propagando el virus.

Por otro lado, permitir la salida a hacer compras por género, no funcionó, ya que los días que tocaba a las mujeres salir a abastecerse de alimentos, las aglomeraciones eran desbordantes. En la tercera semana está medida fue cambiada.

De igual manera, la entrega de bonos generó más de un problema. Al parecer los datos no estaban actualizados y no llegaban a todas las personas en situación de vulnerabilidad en el país. Familiares de funcionarios públicos, los mismos funcionarios y hasta personas fallecidas figuraban en la lista de beneficiarios y cada día que iba pasando las denuncian por no haber sido acreedores del bono iban creciendo.

Las colas que se formaron para el pago del bono en los bancos generaron aglomeraciones difíciles de contener y propiciando así los contagios.

La entrega de canastas con víveres no se quedó atrás: sobre valoración de precios de los productos, víveres en mal estado, canastas entregadas a funcionarios del Estado. En una primera etapa de investigación La Contraloría General de La República, sacó a la luz que 4 212 funcionarios recibieron canastas destinadas a personas en extrema pobreza y muchos de ellos con sueldos netos de hasta 15 mil soles.

Paralelamente a esta situación, la presencia policial, de la Marina de Guerra y militar fue disminuyendo considerablemente en las calles, haciendo casi nula la presencia policial a tres meses del estado de emergencia. Comisarias fueron cerrando y efectivos contagiándose de forma masiva.
Hasta el momento son 9,900 policías contagiados y 170 fallecidos una gran baja para el patrullaje en las calles peruanas. Ahora no hay quien haga respetar las medidas del gobierno.

La pandemia que llegó al Perú evidenció grades problemas que se viene arrastrando de años y con cada gobierno que fue pasando: la informalidad laboral, el precario sistema de entrega de bonos, que fue hackeado recientemente, la corrupción en todos sus niveles.

A la fecha son 220 749 infectados y 6 308 fallecidos por Covid-19, los contagios se han disparado y parece que el control del contagio se ha salido de las manos del gobierno.

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